Conoce la enfermedad que puede destruir tus proyectos.
Tan solo en Estados Unidos lo padecen hoy 5.3 millones de personas, y se espera que la cifra casi se triplique antes de 2050.
El 25 de noviembre de 1901, el doctor alemán Alois Alzheimer llegó a un hospital de Frankfurt, Alemania a examinar a una paciente de 51 años llamada Auguste Deter. Deter, sentada en su cama, respondió las preguntas del doctor.
—¿Cómo se llama? —le preguntó.
—Auguste —respondió ella.
—¿Cómo se apellida?
—Auguste —repitió la mujer.
—¿Cómo se llama su esposo?
—Auguste… —volvió a decir la paciente, confundida—. Creo.
Mientras la mujer almorzaba carne de cerdo con coliflor, el médico le preguntó qué comía.
—Espinacas —contestó Auguste.
—¿Qué está usted haciendo?
—Papas.
Alzheimer anotó esta conversación y cinco años después, tras la muerte de Deter, al diseccionar el cerebro de la paciente y examinarlo por microscopio y observó que las fibras cerebrales, aplastando a manera de jaula, las células cerebrales y que estas se hallaban deformadas por placas lisas que llenaban los espacios intercelulares.
Después de concluir que era un grave trastorno de la corteza cerebral y realizar los posteriores diagnósticos en pacientes con síntomas similares, se terminó por nombrar a esta enfermedad como mal de Alzheimer.
El Alzheimer es una enfermedad degenerativa y progresiva (o sea, con el tiempo empeora) en la que las neuronas se deterioran y producen trastornos de la memoria, el pensamiento y el lenguaje, así como cambios en el comportamiento. Las placas y las marañas de fibras en el cerebro son las marcas distintivas. Aunque hay nuevas técnicas tomográficas que permiten verlas, son costosas y están poco generalizadas. En la mayoría de los casos los médicos diagnostican el Alzheimer en función de los síntomas, una vez declarada la demencia senil.
Científicos y estudiosos de medicina de diferentes instituciones y universidades, tras examinar a más de 1000 pacientes con edades entre 60 y 77 años notaron que el efecto de esta enfermedad era menor en personas que tenían una dieta nutritiva y hábitos más saludables, como el ejercicio físico e intelectual y eran 25% más eficientes en pruebas de memoria, razonamiento y resolución de problemas que las que no tenían estos hábitos.
A partir de estos estudios se puede determinar qué actividades son ideales para reducir el deterioro cerebral y, por lo tanto, también las probabilidades de contraer Alzheimer.
1. MUÉVETE MÁS
Los estudios demuestran que caminar unos 15 minutos diarios reduce hasta en un 30% la posibilidad de contraer Alzheimer. No se trata de ir a hacer la maratón 10k o de tener una rutina de correr todas las mañanas, sino que tan solo se refiere a salir a caminar unos cuantos minutos al día, como pasear con tu pareja, salir con tu mascota, como dar la vuelta al Bosque El Olivar en Surco o caminar de la Av. Arequipa hasta la Av. Salaverry en la Javier Prado.
Un estudio realizado por el Colegio de Medicina Albert Einstein de la Ciudad de Nueva York revela que el baile disminuye el riesgo de demencia senil más que cualquier otra actividad física y más que resolver crucigramas. Bailar en grupo o en pareja estrecha los lazos sociales, y aprender pasos mejora la capacidad intelectual.
2. EJERCITA TU CEREBRO
Mientras más se ejercita la mente, con actividades como leer, aprender pasos de baile o arte, armar rompecabezas, realizar juegos de memoria, etc., menores son los efectos de la demencia senil, a la que se asocia este mal.
Un caso más evidente de qué tan potente es este hábito es observable en los taxistas de Londres. Esta ciudad es sin duda de las más concurridas, y para evaluar a un taxista, este debe memorizar 320 rutas, con 25.000 calles y 20.000 puntos de referencia. Dos importantes estudios revelan que esos taxistas tienen una parte del hipocampo (región cerebral que ayuda a procesar los recuerdos) más grande que los no taxistas e incluso que los choferes de autobús, quienes sólo deben memorizar unas cuantas rutas posibles.
Para más detalle, portadores de un gen que facilita contraer la enfermedad lograron retrasar el desarrollo de esta en 10 años.
3. COME BIEN
No hay una dieta, alimento ni complemento que sea óptimo para la salud cerebral, pero las dietas de diversas regiones del mundo que protegen este órgano tienen algo en común: son abundantes en vegetales y reducidas en alimentos
muy procesados.
Por ejemplo, una dieta ideada en el Centro Médico de la Universidad Rush, en Chicago, disminuyó el riesgo de contraer Alzheimer hasta en 53 por ciento durante casi cinco años. La dieta consta de 10 alimentos saludables para el cerebro (verduras, sobre todo de hoja verde, frutos secos, bayas, frijoles, cereales enteros, pescado, aves, aceite de oliva y vino) y limita mucho las carnes rojas, la mantequilla, la margarina, los quesos, los dulces, los alimentos fritos y la comida rápida.
Si eres de las personas que come pocas verduras sería mejor que empieces a incluirlas más en tu dieta diaria. En un estudio de 3,718 personas de 65 años en adelante, las que comían más de cuatro porciones de verduras al día tenían un ritmo de deterioro cognitivo 40 por ciento menor que las que comían menos de una porción al día.
Que comer sano no te quite el placer de disfrutar tu comida. Cocinar con especias y hierbas de olor permite reducir el uso de mantequilla, aceite y sal. El curry y la cúrcuma contienen el antioxidante curcumina, que, de acuerdo con diversos estudios, reduce el riesgo de Alzheimer (así como de cáncer, artritis y depresión).
4. DEDICA TIEMPO A TUS AMIGOS
Mantener una vida social activa es importante. Establecer nuevas amistades y pertenecer a un grupo social sano no solo puede ser desestresante, también fortalece las funciones cognitivas, entre ellas la memoria, como lo demuestran los estudios que revelan que, en un lapso de 12 años, adultos mayores sociables tenían un ritmo de deterioro cognitivo 70% menor que aquellos menos sociables.
Además, e acuerdo con un estudio de la Universidad de Chicago, entablar relaciones de amistad es más fácil de lo que muchos creemos. Cuando los participantes iniciaban conversaciones con desconocidos mientras estaban sentados junto a ellos en el transporte público, se sentían mejor que si viajaban aislados.
Si eres creativo, acá te propongo un ejercicio. Organiza de cuando en cuando una cena en tu casa, armar el escenario, pensar sobre qué ofrecerles a tus invitados y en qué momentos tener lista la comida para ellos mantendrá a tu cerebro ágil y con una aptitud de alto nivel.
5. NO TE ESTRESES
Lo más importante es evitar el estrés, porque este reduce el oxígeno que lleva al cerebro y esto contribuye a su deterioro.
Una buena manera de hacerlo es dormir bien, que relaja el cuerpo y también mejora la creatividad y eficiencia de nuestras actividades.
La respiración también es un buen método para combatir el estrés,pero hay que saber como realizar una sesión, no olvidar que debe hacerse lenta y profundamente repetidas veces.
La música o un pasatiempo que te guste pueden ser tus mejores amigos al evitar sentirte estresado.
Recientemente, científicos han probado vacunas experimentales que han resultado tener efectos benéficos para combatir algunos síntomas de la enfermedad. Si bien la enfermedad no tiene cura hoy en día, la medicina evoluciona constantemente, las más recientes vacunas diseñadas actúan más rápido y se espera su prueba en pacientes humanos con la enfermedad.
Probablemente, en un futuro cercano, cualquiera pueda estar a salvo de padecer este mal, mientras tanto es importante ayudarnos y ayudar a nuestros familiares a que entiendan los grandes riesgos del Alzheimer y que tomen sus precauciones.
fuente: investigación selecciones.
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