Si desaparecieran casi todas las marcas, la mayoría de gente no se preocuparía. Esta es la conclusión de un estudio de marketing del Havas Group hecho el año pasado. Pero ni siquiera era tan novedoso, puesto que desde hace años existían indicios de esta realidad.
La migración de muchísimas marcas a Internet (la «fórmula del éxito») marcó una tendencia que se volvería necesaria. Pero lo cierto es que, con los últimos cambios hechos por Google y Facebook, es un reto sobrevivir en este nuevo entorno.
En resumen, las marcas siguen teniendo problemas para mantener clientes fieles y no es para menos. En un artículo anterior, hablamos de las lovemarks y su manera diferente de hacer las cosas. Pocas marcas conocen lo que es tener personalidad de marca, lo que trae problemas en su relación con el consumidor.
Por si por quedaron algunas dudas en el aire, estas son otras variables a las que se debe prestar atención:
El proceso: ¿por qué funciona así?
La percepción de la marca tiene un proceso similar a cuando uno se enamora. Tal como cuando una persona se fija en otra y se interesa más y quiere empezar una relación, sucede igual con una empresa y los consumidores
Los consumidores ven, por primera vez, la imagen de la empresa y deberían atraerse por el logotipo, colores, mensajes… Una vez la imagen atrae, estos deberían interesarse por cómo piensa, por su estilo y personalidad. Esto hasta el punto que quiere saber más de ellos y termina comprándoles.
Entonces, debes preocuparte por la imagen de tu empresa o, de lo contrario, la gente no te va a hacer caso.
La personalidad de marca
Una pregunta que debe responder cada responsable de una marca es «¿cómo ven a tu marca?». Pero si tú mismo no conoces el verdadero perfil de tu marca, cometes un error importante.
Una técnica efectiva en el marketing moderno es darle aspectos humanos a la marca: ¿es hombre o mujer? ¿qué estilo de vida tiene? La pregunta final que subyace es sobre cuál es su personalidad.
Si bien con imaginación es fácil responderlas, hay un factor de coherencia con lo que tú comunicas a tus clientes.
Preocuparte por ellos
Los consumidores buscan, hoy más que nunca, marcas que se interesen activamente en lo que ellos necesitan. Por ejemplo: Coca Cola se definió como la marca de la felicidad y nunca dejó de hablar de felicidad, ni en la publicidad, ni por sus empleados, ni cuando lanzó su Instituto de la Felicidad o el DNI feliz. Y todo porque para la gente es una necesidad (antes más que ahora).
Pero otro factor es que la gente no quiere que les hable una marca. Un especialista, un portavoz, una persona es la que es la indicada para conectar con ellos. ¡Y todo a nivel emocional!
No se puede empezar nada si no conoces qué genera en ellos las emociones que buscas transmitir. Estudia a tu público y nunca dejes de conversar con ellos.
Lo lingüístico y lo gráfico
La imagen también se compone por la identidad visual. Un mal logo, un logo confuso o un slogan poco creativo son elementos repelentes para el consumidor.
Igual pasa cuando eliges buenos colores, pero no sabes combinarlos, o abusas de uno de ellos. En dos artículos, explicamos qué significan algunos colores. Para la personalidad de marca, sucede algo parecido con el slogan, que tu target encuentre en este las palabras que ellos quisieran oír.
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