5 creencias populares que no son ciertas
Casi todos hemos escuchado la frase «Una mentira dicha mil veces se convierte en verdad»; sin embargo, esta afirmación pierde valor si entramos en el tema del conocimiento popular. ¿Sabías que estas ideas que muchísima gente considera cierta en realidad son falsas?
1. «Tómate un antibiótico, así se te pasa»
Si cuando llega el invierno contraes una fuerte gripe lo primero que haces es ir a la farmacia a comprar este tipo de medicamentos, ya puedes empezar a ahorrar mucho dinero. Los antibióticos son eficaces para combatir enfermedades producidas por bacterias, hongos e incluso algunos parásitos. La gripe es una enfermedad causada por virus, ante los cuales los antibióticos son ineficaces.
2. «Es mejor que dejes de comer»
El sobrepeso y la obesidad son problemas comunes de la salud, asociados en su mayoría por una mala alimentación. Mucha gente cree que privarse de comer ayuda a bajar de peso. Sin embargo, esto también es falso. En situaciones de ayuno, el cuerpo reacciona alterando el metabolismo, reduciendo la quema de calorías. En lugar de perder grasa, se pierde masa muscular y grandes cantidades de líquido; esto último conlleva a la deshidratación.
3. «Debemos beber 8 vasos de agua al día»
Por último, cabe resaltar que algo que mucha gente ignora es el hecho de que el agua se ingiere a través de diferentes alimentos, como las frutas y vegetales, e incluso en las carnes o el té. Detrás de este mito están, como algunos esperaban, las empresas que venden y distribuyen agua.
4. «Los alimentos «light» son más saludables»
Otro mito alimentado por las empresas. Los alimentos «light» en realidad tienen una cantidad menor en calorías que sus contrapartes. Sin embargo, algunos ingredientes de estos, los cuales reemplazan a algunos de los originales pueden resultar catastróficos para la salud de quienes los consumen en altas dosis.
Un ejemplo de estos componentes son el aspartamo (E-951), muy usado en estos productos, y el acesulfamo de potasio (E-950), saborizantes sustitutos del azúcar peligrosos por su composición química, a los cuales se les atribuye ser potenciales causas de cáncer, depresión, trastornos neurológicos y respiratorios e hiperglucemia, entre otros males.