Un vistazo al neuromarketing
Sin duda, en un mundo donde todo se capta por los sentidos, algunos más que otros, conviene valerse de estos aliados para cautivar a un cliente.
El marketing ya es algo conocido a nivel global. Buscar captar la atención y manejar a todos los posibles clientes interesados en la adquisición de un producto o servicio es un pilar de una enorme parte de la economía de masas.
Este resulta efectivo en la mayoría de ocasiones, pero, ¿alguna vez se han preguntado por qué? Es exactamente esta misma pregunta la que se hicieron, en primer lugar, los ahora estudiosos y especialistas de neuromarketing, una disciplina que ha cobrado más importancia en los últimos años y ahora sabrán cómo.
1. ¿Cómo funciona el neuromarketing?
Todo comienza en el cerebro. Las decisiones de adquirir un producto, en base a afinidades o gustos y a las características del mismo. El neuromarketing trata básicamente eso, pero no se limita a decisiones del consumidor.
Gracias al neuromarketing, la aplicación de branding, el diseño de diferentes productos y servicios y la fijación de precios, entre otras actividades que definen el flujo de las ventas son tan eficientes muchas veces. Para llevar a cabo un proceso de aplicación de esta disciplina se debe haber hecho antes un estudio cuidadoso para saber qué aspectos (publicidad, precios, medios de difusión, etc.) modificar a una promoción. Para esto también dispone de tecnología necesaria.
2. ¿De qué herramientas se vale el neuromarketing?
Los estudios de neuromarketing son apoyados con tecnología destinada al análisis de funciones corporales, como electroencefalograma, resonancia magnética y la tasa cardíaca, que de no complementarse entre sí no generan conclusiones claras o detalladas sobre la conducta del público frente al producto o servicio.
3. Técnicas más conocidas
¿Qué mejor sentido para aprovechar que la vista? La mayoría de información del mundo nos llega por los ojos, y por estos mismos, algunos atributos como la forma o el color son explotados más de lo que usted cree o se pueda dar cuenta.
Pongamos un ejemplo: ¿se ha dado cuenta alguna vez que cuando va a Metro a comprar, los productos básicos se hallan al fondo del supermercado?
Esto no es una casualidad; al encontrarse estos productos en último lugar, motiva a los compradores a adquirir otros productos vistos con anterioridad.
Ya que tenemos en cuenta la vista, los colores son a veces los mejores amigos de la publicidad. El rojo, por ejemplo, que es uno de los más usados en publicidad, se asocia con la emotividad y es un buen foco de atención, pero además es uno que las empresas de comidas rápidas (y alimentos en general) usan mucho, puesto que este color estimula el apetito.
Pensando un poco ahora en algunas grandes marcas comerciales de comidas y bebidas (Coca Cola, Mc Donald’s, KFC,…), todas comparten este color.
Por último cabe afirmar que los demás sentidos no se quedan rezagados; el olfato, por ejemplo, que recoge cerca del 30% de estímulos que se guardarán en tu memoria y es aprovechado fuertemente por compañías de perfumes y servicios de comida.